Todas las parejas tienen derecho a entrar en crisis… pero en su intimidad

17.06.2014 23:17

Conciderto de The Killers, 23 de julio de3 2013

Que la convivencia, a veces, resulta harto difícil, es obvio y, seguramente, a casi todos los que tenemos o tuvimos pareja nos ha ocurrido en más de una ocasión pues forma parte de la esencia humana tener, o pasar, por momentos incómodos y por dificultades para uno o para ambos miembros de la pareja.

Lo normal en estos casos, se podría decir, que es mantener el sentido común y resolver las posibles desavenencias dentro de la intimidad de la pareja, lo contrario solamente perjudica a la privacidad que pretendan mantener en sus asuntos personales y estar expuestos a comentarios que, más que favorecer a la relación, la lesionan gravemente.

Pero no sucede lo mismo cuando las parejas se desenvuelven en el ámbito de ´lo público y dejan que su privacidad, que nada tiene que ver con su intimidad, se vea invadida y sometida a la opinión general de los demás. Tal es el caso de los personajes públicos ya sean políticos, miembros de la farándula y del espectáculo –deportistas, toreros, cantantes-, o profesionales de los medios audiovisuales que, de una u otra forma, entran en nuestras vidas ya sea a través de la prensa, la radio o la televisión.

Otro tanto sucede con los personajes de las Casas Reales o la nobleza y la aristocracia. Su profesión, por llamarlo de alguna manera entendible, lleva pareja la cosa de lo público aunque a veces sea contra su propia voluntad. Son personas constantemente expuestas a la crítica y, generalmente, sometidas al juicio ajeno que los demás, aunque no les asista derecho alguno, puedan ejercer sobre ellas. Y eso es lo que está ocurriendo con Felipe y Letizia. Él lo entiende perfectamente porque ha estado formado e instruido en el oficio de rey, pero ella, con su sobrada e indudable inteligencia, parece pretender no entenderlo actuando con desmesurada soberbia y un orgullo mal entendido, y peor aplicado, lo que difícilmente va a ver beneficiada su relación con quien, todavía hoy, es el heredero de la Corona. Es muy complicado imaginar a esta mujer, que además era periodista en los medios, el día que sea coronada reina consorte y ascienda al rango de Primera Dama de la nación.

Estos últimos tiempos han sido especialmente embarazosos para casi todos los miembros de la Familia Real por casos muy poco dignos que nada tienen que ver con la nobleza que se les supone a estas estirpes. Casos de corrupción, de infidelidades, de negocios poco claros –por no decir turbios-, divorcios y un sinfín de actuaciones que han ensombrecido el buen aura que otrora disfrutaron.

Ya hace tiempo que los insistentes rumores sobre las desavenencias conyugales de los príncipes es caldo de cultivo para la prensa en general, no solo la del “corazón”, y la opinión pública, especialmente la de los rancios monárquicos, en particular.

Desde que Letizia abandonara súbitamente el Palacio de Miravent, en Mallorca, el 7 de agosto del verano pasado -dejando solos al Príncipe y a las infantas-, las actitudes y desaires groseros y maleducados de Letizia han comenzado a enojar visiblemente a los juancarlistas –ahora felipistas- más retrógrados y recalcitrantes.

Dicen en los mentideros cortesanos de la villa de Madrid que se vio obligada por el Heredero de la Corona a cumplir con la agenda oficial, lo que, indudablemente, forma parte de su trabajo como princesa, por lo que tuvo que aceptar pasar la temporada estival en las islas. Sin embargo, una vez concluidas sus obligaciones oficiales, consideró que bien se merecía disfrutar de su privacidad por lo que tomó un avión y se volvió a la Península sin esperar a hacerlo con toda su familia junta como, generalmente, acostumbran a hacer las familias tradicionales.

“Con su actitud –informaba entonces El Semanal Digital- no solamente ha ofendido a los habitantes de las Islas Baleares y a la prensa dada su antipatía manifiesta hacia Palma de Mallorca sino que ha hecho acrecentar los rumores, cada vez más fundados, del mal momento por el que atraviesa el matrimonio”.

"Estos últimos acontecimientos responden a una crisis interna del matrimonio que aconseja que Letizia regrese sola a Madrid. Está claro que el hecho de que la Princesa de Asturias no esté aquí tranquilamente con su marido y sus hijas quiere decir que existe un problema. Este problema puede ser gordísimo, o puede no ser nada", sostenía Mariángel Alcázar en 'El Programa del Verano', de Telecinco. Lo llamativo es que la periodista aragonesa, que suele ser muy prudente con sus informaciones acerca de la realeza motivo por el cual se ha ganó que la llamaran "la cortesana”, vino a decirnos que están puestas todas las señales de alarma..

Aquel verano de 2013 tanto Felipe como Letizia salieron por separado. Mientras el Príncipe bailaba con sus amistades en el “Mallorca la Nuit”, ella se desmelenaba y se mezclaba entre el público, quizás recordando sus tiempos de simple plebeya, en el Festival Internacional de Benicassim asistiendo al concierto que el 23 de julio ofrecieron The Killers.

Y es que en este último año, los rumores de ruptura de la real pareja cada vez son más insistentes y hay quien pronostica un divorcio que, posiblemente, acabaría de hundir a la monarquía parlamentaria tan gravemente herida por los escándalos de la Corona, sus cacerías de elefantes, sus negocios nada transparentes y, como colofón, las tropelías del ínclito Iñaki Urdangarín y su nada noble esposa, la infanta Cristina de Borbón y Grecia, expulsada con humillación de los actos oficiales y protocolarios de la Casa Real. Tal cual.

Fuentes: